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Mostrando entradas de octubre, 2009

El mito del eterno retorno: la historia se repite.

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He leído esto aquí: “El presupuesto debe ser equilibrado, el Tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada, y la asistencia a los países foráneos debe ser cercenada para que nuestro país no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa de la asistencia del Estado” Es un discurso de Cicerón, 55 años antes de Cristo , y sorprende lo actual que puede resultar. Eso sí, por lo que se ve a Cicerón no le iba mucho eso de la solidaridad con los territorios conquistados.

La Ciencia en España no necesita tijeras... necesita conciencia

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Me uno a la iniciativa pero la matizo. La ciencia aquí y fuera necesita saber para quién trabaja, no vaya a ser que mi investigación sobre una vacuna maravillosa contra la enfermedad X acabe en las manos de los militares, contagien a todo dios de la enfermedad X y se guarden la vacuna para los suyos y los que les paguen. La investigación SÍ, pero que sepa ser insumisa a los militares.

Fraga, genio, figura y delirios de grandeza

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Respecto a la recepción que se hizo en España a los astronautas del Apollo XI, leo en Público : La noche de su llegada, el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, ofreció un banquete a los astronautas. A los postres, el hoy senador del Partido Popular pronunció un abigarrado discurso: "España, promontorio espiritual de Europa, proa avanzada del alma continental, es el umbral natural de Europa, nexo y soldadura espiritual de tres continentes, momento clave en el existir histórico del mundo, de este mundo, de este planeta que vosotros habéis contribuido a unificar, a hacer más apretado, más compacto y solidario. España dio a Europa anchura espiritual mayor para su vuelo, al incorporarle vuestra América mediante una síntesis más de las que fraguaron lo hispánico. De aquí, un día, hace 400 años, en la alborada estremecida e incierta de un tiempo nuevo, zarparon las carabelas de Colón para romper el techo del mundo y sembrar el prodigioso futuro" La madre